Las clases sociales más humildes son las artífices del desarrollo en el país galo de esta raza. El bulldog francés perteneces al grupo de perros denominados molosos caracterizados por tener una constitución musculosa, fuertes mandíbulas, gran cabeza y hocico corto, lo que les hacía unos excelentes guardianes y defensores.
Su físico, su reducido tamaño y su carácter absolutamente encantador, se adueñaron de los aficionados a los perros de «cara chata». También fue el favorito de las las chicas de la Belle Époque, que lo mantenían quizás por una excentricidad. En Austria, en Alemania y sobre todo en Estados Unidos la raza adquirió un noble protagonismo. En 1870 los pequeños Bulldogs casi habían desaparecido en Inglaterra y los mejores ejemplares habían sido exportados.
La apariencia general estandar el Bulldog Francés está normalizada.
– La cabeza debe ser fuerte y ancha, y forma pliegues alrededor de la nariz. Los labios gruesos, negros y un poco flojos. La lengua nunca debe estar visible y el labio superior debe cubrir los dientes. Su mandíbula es ancha y cuadrada.
– Los ojos son de expresión despierta, bastante grandes y redondeados. La esclerótica nunca es visible cuando el animal mira de frente. El borde de los parpados debe ser negro.
– Las orejas erguidas, de tamaño mediano, anchas en la base y redondas en la punta. Deben ser suaves al tacto.
– El cuello corto y robusto no debe presentar papada.
– Las extremidades son muy musculadas, cortas y gruesas. Los codos deben estar pegados al cuerpo.
– El pelaje es corto, denso, apretado, brillante y suave.
El carácter de este pequeño amigo le hace especial. Cuando coma no dejara ni una miga en el suelo, cuando beba nada perturbará ese momento,si es tu amigo será profundamente cariñoso y te demostrará con insistencia la afinidad que tiene contigo. Si juega, se empleará a fondo con lo que encuentre a mano o con quien tenga cerca. Si no hay nadie para jugar lo hará consigo mismo tan contento. Cuando no hay nada para entretenerse, entrará en un estado de «no estar» que no llega a ser dormir, una solución genial para él. Si hay algo que hacer, se hace a conciencia.
El juego es su verdadero placer. No es difícil convencerlo para realizar casi cualquier cosa, obediente y muy activo. Podrían hacer agility o adiestremiento ya que aprenden muy rápido y la comunicación con el ser humano es alta. Si no eres su guía se pondrá cara a la pared por un buen rato y no te prestará nada de atención.
Nunca fue un experto guardian aunque avisa y es capaz de distinguir las malas vibraciones.
El éxito del Bulldog Francés continúa creciendo, debido sobre todo a su gran especialidad, la compañía.
Son, en fin, el perro de compañia por excelencia. Siempre y cuando te guste su peculiar aspecto y tengas fuerza para tener en tu regazo 10 kilos de músculos y estés dispuesto a compartir muchos de sus sonidos guturales y como no a tomarse la vida con la filosofía del Bulldog, siempre imperturbable, un pequeño Bully te cambiará un poco la vida.
Fotos de flickr:
– STUDIO HAVENS
– aquiggle