A lo largo de la vida de tu perro es probable que muchas veces hayas cambiado su dieta. La principal razón para cambiar estas costumbres debía de ser por la salud del animal. A veces necesitan alimento que procesen mejor sus riñones, algunos con restricciones de grasa, otros con cierta cantidad de proteínas para evitar alergias… Pero ¿cómo debo cambiar de alimento a mi perro?
EL OLOR
Lo primero que le llamará la atención a tu perro será el olor de ese nuevo alimento, se acercará y olisqueará esa «cosa rara» que le has puesto en el plato. Dudará porque no es lo de siempre. A más cantidad de proteína de carne mayor y más fuerte será el olor del alimento. Imagina para tu perro, ¡con el olfato que tiene!
EL SABOR
Probablemente al ofrecerle la primera ración de alimento no lo engulla como le pasaba con el que comía antes. La textura puede ser diferente, al masticar le resulta más fácil, las bolitas son de otro tamaño…puede haber mil cosas. Simplemente no te asustes si no lo devora. Y nunca pienses «no le gusta, se lo quito». Sólo tiene que acostumbrarse. Muchas veces pecamos de darle sólo lo que le gusta. Piensa en este caso: Si tu comieras todos los días patatas fritas y de repente, por tu salud, tienes que empezar a comer espinacas…¿Cuál sería tu reacción el primer día?
TRUCOS:
Es muy fácil que tu perro se habitúe a otro alimento, solo debes tener un poco de paciencia. Sobre todo piensa que si le estas cambiando de alimento es para él esté más sano y mejor. ¡Te hará compañía mucho más tiempo!
Primer truco: Si es de los que tira la comida cuando no le gusta…puedes ir mezclando gradualmente su antiguo alimento con el nuevo. Por ejemplo, puedes poner 80% antiguo alimento y 20% nuevo alimento para que se acostumbre a ese cambio de sabor. Conforme vayan transcurriendo los días aumenta la cantidad de nuevo alimento desde ese 20% hasta el 80% mezclado con el antiguo. Llegará un día que tan sólo serán unas «migajas» del antiguo alimento. ¡¡¡Y estará solucionado el cambio!!!
Segundo truco: Muchos expertos nos dicen que este método es muy efectivo, pero tienes que ser perseverante y no ablandarte fácilmente. Ya no tienes nada de su antiguo alimento o resulta que le hacía daño o le perjudicaba. ¡Tiene que comer el nuevo alimento! A sus horas de comer (debería ser dos veces al día distanciadas en tiempo) ofrece a tu mascota en su cuenco un poco de esa comida nueva. Olisqueará y te mirará con esos ojos de «¿Qué ocurre aquí?», si prueba bocado dale un poco más, así hasta su ración. Si no come, deja el alimento nuevo en el cuenco donde él tenga normalmente su comida. Si no lo ha probado en 10 minutos retíralo. A su siguiente hora de comer (suponemos que en el mismo día), ofrecele en el mismo sitio y el mismo alimento. Si no lo come, dale una pizca con tu mano para que vea que es de confianza. Vuelve a dejar el cuenco en el mismo lugar y otros 10 minutos. Comprueba si lo está comiendo o se lo ha dejado. Así sucesivamente. Puede que tarde un poco en probar, pero no te asustes si no come en 1 día entero. Sobre todo no le des chucherías porque estarás premiando que no coma, es decir, un mal comportamiento.
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